Paris, je t’aime!
No me canso de decirlo: París, je t’aime! La última vez que fui, creo que mi entrada empezaba con estas mismas palabras, porque la verdad es que no me canso de repetirlas.
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No me canso de decirlo: París, je t’aime! La última vez que fui, creo que mi entrada empezaba con estas mismas palabras, porque la verdad es que no me canso de repetirlas.
No me enfoqué en el vestido más bello, ni en el velo más especial, ni en la cola más larga, ni el tocado más grande o único, más bien me esforcé en hacer que todas las piezas hicieran armonía una con la otra, para que debajo del velo, el vestido blanco, el peinado, me destacara YO.
¿Los pajes de mi boda? ¡Simple! Hice la lista de los pajecitos que quería que desfilaran. Al igual que como hice con las inspiraciones para mi vestido, hice para ellos una carpeta con ideas, tanto para niñas como para niños. En uno de los viajes de búsqueda de vestido, fuimos en búsqueda de telas bonitas.
¡Nunca pensé que el maquillaje de mi boda me podría estresar tanto! Cuando empecé a hacer las pruebas, sufría porque me sentía demasiado «producida». Todas las pruebas lindas, pero con un look que no quería para ese día.
Para la prueba final de un vestido de boda, lo más importante es abrir bien los ojos y ver cada detalle para que quede perfecto. Y por supuesto, ¡no perder ni ganar peso desde el momento de esa prueba hasta el día de la boda! Y si los nervios te hacen perder peso, ¡hay que comerse una buena pizza!
Creo que desde pequeña he estado soñando con el día de mi boda. Muchas amigas de mi mamá me escogieron de paje para las bodas de sus hijas. Era un rol que me tomaba muy en serio: me empeñaba en mantener el…