It’s the Most Lulu Frost Time of the Year

El calendario de diciembre en Luna Colada tiene una fecha adicional de celebración: el ya tradicional trunk show anual de la marca de joyería y bisutería Lulu Frost, con la visita de su creadora Lisa Salzer. Este año Lisa nos trajo varias novedades y, pinzas en mano, las compartió con nuestras clientas.
Por eso, aquí van los cinco detalles más memorables de la versión 2016 del show, de dos días de duración.
[1] Cuello japonés
Ambas vivimos en París e igualmente quedamos obsesionadas con los cordones, las cintas trabajadas y las borlas de la cadena japonesa de pasamanería Mokuba, que tiene una sucursal surtidísima en la ciudad. Lisa por igual —hay una sucursal en Nueva York—, y por eso ha estado trabajando una línea de gargantillas con las cintas de pana Mokuba como base. Al escuchar eso, sabíamos que a nuestro público le encantaría poder crear sus propias piezas, y por eso ideamos un Choker Bar.
Ahí Lisa trajo una gran selección de dijes vintage, algunos con cristales, algunos relicarios. El propósito era que las clientas pudieran elegir la pieza que más les gustara y combinarla con la cinta de su elección. Fue divertidísimo ayudarlas durante el proceso de diseño, y todas terminaron muy complacidas con la posibilidad de tener un objeto altamente personalizado. Resultado: todas, absolutamente todas las gargantillas se vendieron el primer día, durante las primeras horas del evento.
[2] Damas del Zodiaco
Para quienes habían quedado fascinadas con las colecciones Code y Plaza de años pasados, Lisa trajo una nueva propuesta de joyería: la recién lanzada línea Zodiacs. Tal cual lo dice su nombre, estas piezas están inspiradas en los signos zodiacales, representados en oro y zafiros blancos. Un consejo colado: para quienes ya tienen piezas armadas con artículos de las colecciones anteriores, estas también se pueden agregar como una capa adicional. ¡Otra forma de darle un toque personal a la joyería!
[3] ¡Otro cuello japonés!
Lisa tiene seguidores dedicados en Japón, y estuvo por allá este año. Volvió de su viaje con inspiraciones renovadas —ella dice que fue “como si le hubiesen levantado un chakra”— y esas influencias estéticas le motivaron a trabajar una nueva silueta con el 100-Year Necklace. Por eso, ahora el collar Georgette viene con una silueta que termina siendo un híbrido entre una gargantilla y un pendiente, mucho más alto en el cuello.
Los Georgette estuvieron disponibles en el trunk show, y hasta los coleccionistas de Lulu de hace años se sorprendieron al encontrar estas piezas con nuevas siluetas y materiales —como la novedosa cadena de perlas que vino para el Plaza Bar en 2015—, manteniéndose fiel a su visión base pero siempre buscando renovarse. Pero eso hemos aprendido de Lisa, entre tantas otras cosas: un diseñador le debe a su talento, y sobre todo a su público, el estar en estado de curiosidad e inspiración continua.
Las piezas de Lulu Frost son hermosas, pero también sentimos que esa belleza sale de la misma Lisa, y que el público lo siente y le corresponde con el mismo cariño.
[4] Clases de historia
El trabajo con joyería le viene a Lisa como influencia de su abuela, quien tenía un anticuario. Por eso utiliza tantas piezas vintage en sus creaciones, y también tiene un gran respeto por el origen de cada una. Nosotras decimos que hablar con ella mientras trabaja una pieza es recibir una mini-clase de historia. Por ejemplo, durante este trunk show observamos mientras trabajaba con pedrería negra, y nos dijo: “Tenemos que agradecerle a la reina Victoria por este color”. Sucede que cuando la monarca entró en luto por la muerte del rey Alberto, el color permeó hasta su joyería, y eso puso la tonalidad de moda en el Reino Unido.
Sentimos que comprar una pieza Lulu Frost no es solo adquirir un objeto, sino recibir un regalo con genealogía. No es simplemente un diseño, sino que cada pieza tiene un concepto y una historia detrás, y eso es parte de lo que el público dominicano ha apreciado en ella.
[5] Lisa es la pieza más linda
Hablando de cómo el público dominicano ha apreciado a Lisa, no deja de sorprendernos la fidelidad que muchas de las clientas han desarrollado hacia la marca. Este año recibimos personas que ya tenían un collar del Plaza Bar y este año le modificaron dijes o le cambiaron la cadena, y Lisa feliz de complacerlas, mientras escuchaba sus historias personales y lo que cada pieza significaba para ellas —algunas le traían joyas que habían heredado de sus tías y abuelas para combinarlos con las piezas Lulu, y fue un hermoso privilegio para las tres poder participar de alguna forma en ese proceso—.
Las piezas de Lulu Frost son hermosas, pero también sentimos que esa belleza sale de la misma Lisa, y que el público lo siente y le corresponde con el mismo cariño. Nosotros la conocemos desde hace unos ocho años y nos encanta poder compartir con ella, pues su historia personal es tan hermosa como las piezas que produce. Si quieren comprobarlo, no dejen de leer la entrevista junto a su entonces prometido en Man Repeller, o el recuento de su preciosa boda en Montauk en la revista Vogue.
¡Nos vemos el próximo diciembre!
Fotos: FotoRuido