Partiendo desde Los Ángeles

[COLADO POR CRYSTAL]
Nuestro viaje a Los Ángeles fue chulo, divertido, activo, relajado, inesperado. A veces, a las coladas nos toca dividirnos. Por más que nos gusta colar ciudades juntas, conocer todo al mismo tiempo para sazonar cada detallito, hay ocasiones en que no coincidimos. Esta fue una de ellas.
Se casaban unos amigos en Carmel, California, y cada una iba llegar a la boda por distintas rutas. Yo conocía muy poco de la Costa Oeste y decidí junto a mi frescolito, Mariano, hacer un mini viaje por la carretera, desde Los Ángeles a Carmel.
¡Aquí un pequeño recuento!
Había ido una vez a Los Ángeles cuando estuve viviendo en Nueva York, pero solo por un fin de semana. La pasé muy bien, pero la estadía fue muy corta para decir que disfruté de la ciudad o que la conocí bien. Esta vez fue donde realmente descubrí Los Ángeles, y verdaderamente nos encantó. Tiene mucho que ver con que en ningún momento nos sentíamos como turistas, pues mi primo Evan vive allá con su esposa Stacey y nos recibieron en su casa.
Lo primero que hicimos fue ir a Nike Town y comprar unos tenis cada uno. Todos los días antes de desayunar nos íbamos a correr por la zona y ahí era donde conocíamos más. Corrimos por el Century City Avenue of the Stars y por todo Beverly Hills.
Uno de los días fuimos a un lugar muy frecuentado los domingos tanto por los locales como por los turistas, que se llama Runyon Canyon, un espacio para hacer «hiking» o excursionismo. Las personas suben con amigos y con sus perros por diferentes rutas, unas más inclinadas que otras, y cuando se llega a la cima, hay una vista espectacular de Los Ángeles. ¡Lo mejor es que no queda lejos! Está a pocas cuadras del Hollywood Boulevard. Por eso, es un plan que se puede hacer a menudo para respirar aire fresco y salir de la ciudad, utilizando solo las horas de la mañana.
Caminamos Rodeo Drive, todo West Hollywood y Melrose Avenue, donde nos tomamos unas ricas margaritas en un lugar llamado Gracias Madre. Es un restaurante mexicano, vegano y orgánico muy divertido, pues tiene un bar súper agradable y mesas comunales, un sitio relajado y con muy buen ambiente.
Otro lugar que recomiendo si están antojados de una rica hamburguesa es Umami Burger, en The Grove. The Grove es un complejo lleno de tiendas y restaurantes, súper agradable para caminar y pasear. Estas hamburguesas son una delicia, no caen pesadas, y las papas son para morir.
Venice Beach es una de las áreas más populares de Los Angeles, conocida por su paseo peatonal paralelo a la playa. Está repleto de tienditas, todas con el frente al océano, donde uno puede encontrar de todo: desde ropa, traje de baños, sombreros, arte y música. Se siente como un gran mercado o una mezcla entre una feria y un circo, pues también está lleno de «personajes» — me refiero a que todos los que frecuentan Venice Beach tienen su estilo único, divertido y un tanto diferente a lo común, pero súper interesante y entretenido de ver–.
Lo más divertido es caminar por ahí o pasear en bici, por supuesto, parándose en distintos lugares a comprar o a tomarse algo. Ese día nosotros caminamos el Boardwalk, como le dicen, ¡y nos encantó! Definitivamente lo recomendaría. Lo que más me gustó es lo libre que se sentía el ambiente, todo el mundo honesto consigo mismo, sin prejuicios y simplemente disfrutando del día, de la vida y de estar en este mundo.
Al finalizar la caminata subimos al Erwin Hotel y nos tomamos un aperitivo. Tienen una azotea muy chula, con una vista lindísima del Venice Boardwalk.