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Fuimos a Barcelona en busca del vestido de novia de Michèle, pero esa agenda no nos impidió conocer los platos más deliciosos y los rincones más hermosos de la ciudad condal
No me canso de decirlo: París, je t’aime! La última vez que fui, creo que mi entrada empezaba con estas mismas palabras, porque la verdad es que no me canso de repetirlas.
Nueva York es la ciudad que nunca duerme y a veces se nos hace difícil mantenernos al día con todas las novedades. ¡Aquí un pequeño resumen de qué no dejar de hacer en la próxima visita!
Después de Santa Bárbara seguimos manejando por la hermosa Pacific Coast Highway, pasando por Big Sur. Y así llegamos a San Francisco, donde finalmente nos reunimos las coladas.
Un día decidimos ir a Malibú, famosa por sus playas, su fabuloso clima y, por supuesto, todas las grandiosas residencias de muchas celebridades. Sin embargo, lo mejor de Malibú para mí fueron otras cosas.
La estábamos pasando demasiado bien en Los Ángeles, pero no podíamos quedarnos, pues la idea era llegar por la carretera hasta Carmel. Así que, próxima parada: Santa Bárbara. Siempre había escuchado que la costa del Pacífico era una belleza. Por eso, aunque la ruta era más larga, decidimos irnos a Santa Bárbara por la Pacific Coast Highway (PCH), donde la vista era simplemente fuera de serie.